lunes, 23 de abril de 2007

QUÉ ES EL PLAN BOLONIA

Bolonia se acerca. Dicho así parece que la tierrra pudiese desplazarse por sí misma y esa región de Italia navegase por el Mediterráneo aproximándose lentamente a España. No se trata de eso. Es un acuerdo que va a afectar y ya está afectando a toda la comunidad universitaria.Son muchos los que se encogen de hombros en señal de ignorancia cuando se les pregunta por este asunto; y también muchos los que ponen cara de rechazo. Lo cierto es que (tanto alumnos como profesores) no sabemos mucho sobre ello y en ocasiones opinamos sin saber demasiado. La culpa no es del todo nuestra.Faltan espacios de difusión y debate para conocer que es el Espacio Europeo de Educación Superior. Ahora están apareciendo. Por ejemplo, en la URJC existe el Vicerrectorado de Armonización y Convergencia Europea, órgano que no se encuentra en otras universidades de prestigio. Pero a algunos nos parece que es tarde. El acuerdo se firmó sin explicar demasiado a los afectados y ahora aparecen las voces críticas. Ya no podemos echarnos atrás. Estamos en un proceso que debemos afrontar y ya sólo cabe que nos informemos.Las universidades europeas están haciendo un esfuerzo por unificar sus programas educativos. Lo llevan haciendo desde 1999, cuando los Ministros de Educación de la Unión Europea firmaron la Decalaración de Bolonia. Se trata de un plan de convergencia cuyo objetivo es facilitar el intercambio de estudiantes y titulados en los países de la Unión. También pretende adaptar el contenido de los estudios a las demandas sociales.El Plan Bolonia, que debe estar implantado antes de 2010, supondrá un cambio de mentalidad. Excepto carreras más complejas como Medicina o Veterinaria, el resto de titulaciones pasarán a ser de cuatro años. Para completar la formación y especializarse, los alumnos podrán cursar los másteres oficiales, que serán ofertados por las propias universidades. Los precios oscilan entre los 1000 y los 6000 euros.
Para financiar a los estudiantes aparecen las becas-préstamo. Los alumnos que las soliciten pueden recibir una cantidad de dinero que deberán devolver cuando consigan el sueldo medio. Si en 15 años no tienen un trabajo bien remunerado, quedan exentos de devolver el préstamo.Los universitarios que estudien dentro del Espacio Europeo de Educación Superior obtendrán un suplemento al título, que describe los estudios cursados y permite la homologación en el resto de países de Europa.


Cuestiones sobre las que reflexionar:

  • ¿Falta conocimiento del Plan Bolonia en la comunidad universitaria?
  • ¿Falta difusión del Plan Bolonia por parte de quienes lo promueven?

domingo, 15 de abril de 2007

SE CUMPLE UN AÑO DEL “AVISO DE BOMBA” (II)

El 30 de marzo de 2006 los alumnos del campus de Fuenlabrada de la Universidad Rey Juan Carlos no pudieron acceder a las aulas porque, supuestamente, hubo un aviso de bomba. En aquel momento nadie lo creyó y hubo algunas movilizaciones. Un año después, no vendría mal hace memoria.
En el artículo anterior ya se hizo una descripción exhaustiva de lo ocurrido aquel jueves; ahora se explicará que ocurrió en los días sucesivos.
El viernes 31 de se convocó una concentración a las 12 en el Decanato del Campus de Fuenlabrada. En principio nos quedamos fuera del edificio, pero algunos pensaban que así no se molestaba lo suficiente. Finalmente pasamos dentro del edificio, pero nos arriesgamos a que desde lejos no se nos viese y la gente que llegase más tarde perdiese las ganas de ir.
No éramos muchos, pero sentados llenábamos la entrada del edificio. Junto con Elsa, fui a la cafetería para intentar que fuésemos más. Pero la verdad es que no hubo suerte.
Pedíamos que bajase la Gerente del Campus para dar explicaciones; ella se negaba a bajar. Nos propuso que subiesen algunos representantes a su despacho, pero no lo aceptamos. Queríamos que las cosas se hicieran a nuestra manera.
Pasaban los minutos y la gente se iba marchando. Finalmente llagó la Delegada de alumnos y fue ella junto con otro estudiante los que finalmente subieron a hablar con la gerente, pese a que habíamos decidido que no sería así. Bajaron y la Delegada nos explicó lo que le había dicho la gerente. Se mantenía en la postura de que había aviso de Bombay nos instaba a que presentásemos nuestras quejas por la vía burocrática. A mi me sorprendió sobremanera que la Delegada defendiese esa postura.
Estaba claro que se harían reclamaciones formales, pero la mayoría de los que estábamos allí pensábamos que lo ocurrido el día anterior merecía más movilización. Necesitábamos que se supiera que los que rigen la Universidad no pueden hacer lo que quieran sin dar razones.
Los que quedábamos, salimos del edificio e hicimos una pequeña asamblea. En ella se repartieron funciones y se decidió que movilizaciones se llevarían a cabo. Se pensó que lo más adecuado sería manifestarse frente al Rectorado. Se dejó el lunes como día para que la gente se enterara de la movilización y se colgaron carteles por toda la universidad. La marcha hacia el Rectorado sería el martes 3 y empezaría en el Campus de Fuenlabrada a las 10 de la mañana. Algunos se encargaron de elaborar los carteles, otros de redactar el escrito que presentaríamos. Otros de elaborar una nota de prensa y llamar a los medios de comunicación.
Llegó el martes. Empezamos a juntarnos en la puerta de la Facultad. Nuevamente no éramos muchos, pero todo el que quería entrar a la Universidad se enteraba de la propuesta, pero pocos eran los que se unían. En vista de esto, decidimos hacer piquete informativo por todo el campus. Entramos a los aularios y ala cafetería haciendo mucho ruido para forzar la parada de las clases. Conseguimos ser un grupo más o menos grande de personas.
Fuimos en metro hasta el Campus de Móstoles y, como el piquete funcionó en Fuanlabrada, decidimos hacer otro allí, con menos suerte, pero de algo sirvió. Algunos estudiantes de allí nos pidieron que uniéramos fuerzas y protestáramos también por que querían pasar unos cables de alta tensión por debajo de los aularios, con el perjuicio para la salud que esto supone.
Acudimos todos a la puerta del Rectorado a hacer una sentada. Seríamos unos 200. Algunos representantes subieron a hablar con miembros del Rectorado y la respuesta fue alentadora. Se reconoció que teníamos derecho a pedir explicaciones y que los hechos eran realmente alarmantes. Se dijo que llevaría a cabo una investigación para esclarecer lo ocurrido.
Nos marchamos contentos, parecía que nuestras protestas daban fruto. Poco a poco, la gente se fue olvidando de lo ocurrido. Días después en un comunicado del Rectorado, se volvía a mantener la postura del aviso de bomba. No hubo otra respuesta que el silencio.

DESDE ENTONCES, NO SE HA VUELTO A CELEBRAR NINGUNA FIESTA EN EL CAMPUS DE FUENLABRADA ORGANIZADA POR LOS ESTUDIANTES
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Ahora en imágenes:

miércoles, 4 de abril de 2007

SE CUMPLE UN AÑO DEL “AVISO DE BOMBA” (I)

El 30 de marzo de 2006 los alumnos del campus de Fuenlabrada de la Universidad Rey Juan Carlos no pudieron acceder a las aulas porque, supuestamente, hubo un aviso de bomba. En aquel momento nadie lo creyó y hubo algunas movilizaciones. Un año después, no vendría mal hace memoria.
Aquel día yo entraba a las once a clase. Hacia las diez de la mañana recibí la llamada de mi compañera Laura. Me avisó de que me llevase el carné de la universidad si quería entrar, ya que había personal de seguridad en las puertas pidiéndolo y dejando fuera a los que no lo traían. Elsa, que entraba a las nueve mandó un mensaje a Laura advirtiéndola de lo que estaba pasando y ella después me llamó a mí.
Lo cierto es que mi carné estaba caducado, pero no me quedé en casa. Tenía muchas ganas de ir a la Facultad para ver qué estaba pasando. Cuando llegué a la parada de Hospital de Fuenlabrada, vi como muchos estudiantes bajan al metro y se marchaban. Una de las chicas que se iba dijo a los que llegábamos que no nos iban a dejar entrar, que estaban desalojando el campus. Yo no me lo quería creer.
En ese momento me pregunté, si era verdad que están desalojando el campus sin una razón convincente ¿por qué se va toda esta gente a casa? Cuando subí las escaleras del metro vi que había bastantes alumnos en la puerta de la universidad y varios guardias de seguridad impidiéndonos el paso.
Me encontré con algunas caras conocidas y empezamos a valorar los hechos y a contar lo que sabíamos. Poco a poco se fueron sabiendo cosas.
Resultó que para ese jueves se había convocado un macrobotellón, con el fin de seguir los pasos de los estudiantes sevillanos. Cuando los que entraban a las nueve quisieron entrar les pidieron que enseñaran los carnés y les registraron los bolsos y las mochilas. También los maleteros de los coches. Las botellas de alcohol que encontraban las requisaban. Sin embargo, la razón que daban era que por la noche había habido un aviso de bomba. Nadie lo creía y empezó a haber malestar entre los estudiantes. Como la situación se les escapaba de las manos decidieron suspender las clases y desalojar la universidad. Ellos alegaban que alguien había vuelto a llamar diciendo que había un aviso de bomba.
A la puerta de la Facultad llegaban muchos jóvenes, pero muchos otros se iban. A mi me costaba entenderlo, porque se estaba cometiendo una injustita. También llegaron algunos profesores a los que les costaba creer lo que estaba pasando.
De pronto, un grupo de estudiantes entraron al campus a la fuerza y el personal de seguridad cerró la puerta. Entonces, Marta y yo rodeamos la valla de la universidad para ver a donde se dirigían. Vimos que eran muchos los estudiantes que estaban en el centro del Campus porque se habían negado a salir. Pusimos una sonrisa de oreja a oreja.
En pocos minutos todos los que estaban dentro se acercaron a la puerta e intercambiamos información. Ellos no crían que habiendo un aviso de bomba se les permitiese estar dentro. Si era verdad, la seguridad de la Universidad estaba cometiendo una gran irresponsabilidad.
Llamé a mi padre para explicarle lo que pasaba, ya que había algunos medios de comunicación allí y no quería que se preocupara. Otros hicieron lo mismo y a una chica su madre le contó que en Telemadrid estaban diciendo que nos manifestábamos porque queríamos hacer botellón. ¡Nosotros no pedíamos eso! Pedíamos que se nos dejase acceder a nuestras clases y que no se nos mintiera más. Los presentadores del informativo matinal se sorprendieron cuando levantamos carteles en los que ponía mentirosos para que los captase su helicóptero. No sabían que nos referíamos a ellos. Lo cierto es que para el informativo de medio día ya les había dado tiempo a contrastar la información y explicaron la situación como estudiantes y profesorado la veían. Pero el que sólo viese el informativo de la mañana tendría una visión de nosotros y de lo ocurrido errónea.
Los que estaban dentro hablaron con los guardias de seguridad, pero seguían manteniendo lo del aviso de bomba. Poco a poco la gente se iba marchando; también los que estaban dentro. Así que decidimos que al día siguiente haríamos una concentración en el Decanato.
A esto se dedicaron algunos


Cuestiones sobre las que reflexionar:

  • ¿Falta compromiso por parte de los estudiantes y de los jóvenes españoles en general?
  • ¿Cometió el servicio de seguridad una irresponsabilidad al no abligar a abandonar el campus a todos los que resistieron dentro?

domingo, 1 de abril de 2007

LA COOPERACIÓN EN LA UNIVERSIDAD

La comunicación sirve para muchas cosas. En las facultades donde hay carreras como Periodismo, Comunicación Audiovisual o Publicidad y Relaciones Públicas a veces se olvidan de enseñar que lo que aprenden los alumnos se puede aplicar en obras sociales. Cuando los estudiantes terminan sus carreras sólo ven a los grandes grupos de comunicación, en los que no hay trabajo para todos.
Puede que la Facultad de Comunicación de la Universidad Rey Juan Carlos no sea una de esas, ya que existen algunas asignaturas, como Comunicación para el Desarrollo o los Géneros en la Red que cubren esos conocimientos.
Otro ejemplo es Creatividad Publicitaria. Por lo visto, muchos de los alumnos de Publicidad y Relaciones Públicas se muestran impacientes por tener esa asignatura que no llega hasta quinto. Este año, el Profesor Isidoro Arroyo ha querido que sus alumnos hagan en grupo unos spots publicitarios para ONG y otras asociaciones sin ánimo de lucro.
Parece que el profesor quedó satisfecho con la labor de los estudiantes, ya que preparó la Jornada de Publicidad Social, que tuvo lugar el pasado jueves 29. Se invitó a una serie de expertos que realizaron ponencias y mesas redondas. Pero el plato fuerte era la proyección de los anuncios de los estudiantes, que además se sometían a la votación de un jurado.
Se proyectaron 32 spots. Está claro que algunos eran mejores que otros, pero estar en el papel del jurado no era fácil ya que había mucho trabajo y creatividad. Los alumnos habían entrado en contacto con la ONG y habían hecho un estudio de ellas muy profundo para conocer cuáles son sus necesidades comunicativas. El resultado fue, en la mayoría de los casos, satisfactorio para las organizaciones y sirvió de buena experiencia para los jóvenes.
Eran pocos los proyectos que sólo daban datos sobre la actividad de la ONG y pedían cooperación al ciudadano. La mayoría buscaban la sorpresa del espectador con juegos de palabras o imágenes, la intriga e incluso el humor. Llamaban mucho la atención los realizados con animación, resulta curiosos que alumnos de quinto sean capaces de hacer trabajos tan buenos.
Parecía haber una valoración común entre los que se encontraba allí: los más sencillos eran los mejores. En ocasiones así, se hacen realmente ciertos refranes como lo bueno si breve dos veces bueno y una imagen vale más que mil palabras.

Cuestiones sobre las que reflexionar:

  • ¿Debe la universidad fomentar la comunicación del mundo de la cooperación?
  • ¿Los estudiantes nos implicamos lo suficiente en este tipo de actividades?