
Iñaki Gabilondo, Luis del Olmo y Antonio Mingote ha han sido investidos Doctores “Honoris Causa” por la Universidad Rey Juan Carlos. El acto tuvo lugar el pasado 26 de enero en el salón de actos del Rectorado, con motivo de la festividad de Santo Tomás de Aquino. Este distintivo se otorga a aquellas personas que poseen meritos investigadores y/o docentes o que hayan prestado destacados servicios a la sociedad en el ejercicio de la profesión.
Cuando uno recibe la invitación para asistir al acto, también se le avisa de que debe cumplir una clara instrucción: acudir con traje académico (toga y birrete) o con traje de chaqueta oscuro. Si no se tiene ni lo uno ni lo otro, parece buen momento para realizar una inversión y comprarse el primer traje de chaqueta.
Ese viernes la seguridad de la Universidad desplegó todos sus recursos, dado que acudieron numerosas autoridades del mundo de la política y la cultura española. Se podían ver muchos rostros conocidos, como el Juez Garzón, Álvarez del Manzano, Víctor Manuel y Rosa León entre otros. También se encontraban allí el Alcalde de Móstoles, varios concejales y miembros de la oposición. Presidía el acto la Infanta Doña Pilar de Borbón.
Las zonas peatonales del campus cercanas al edificio de Rectorado estaban plagadas de coches lujosos, con lunas tintadas y chofer. Dentro había un revuelo enorme y casi la mitad de las butacas reservadas para personalidades y participantes en el acto.
La capacidad de convocatoria fue enorme. Veinte minutos antes de que todo empezase costaba mucho encontrar sitio y al final hubo muchas personas que se quedaron en pie. En cada butaca había una carpeta que contenía el “Protocolo del Solemne Acto Académico”. En él se podía leer lo que ocurriría en todo momento. Se indicaba al asistente cuándo debía ponerse en pie y cuándo sentarse, qué diría cada persona que interviniese, qué cantaría el coro, etc.
En realidad se trata de un ritual muy artificial que recordaba a cuando la abuela llevaba a misa al nieto y éste se tenía que levantar y sentar sin saber la razón.
El acto comenzó con el acceso a la sala de la comitiva, compuesta por personalidades políticas y académicas. Les precedía lo que, a ojos de una persona no acostumbrada a eventos como éste, parecía un Rey Mago y sus pajes, y es sorprendía ver personas vestidas con togas, cetros y grandes plumas en el sombrero es una verdadera sorpresa.
Primero se procedió a la investidura de los doctores que han conseguido tal grado en el último año en las diferentes facultades de la Universidad. Tenía curiosidad por ver cuantos habría de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, y como suponía era la que menos doctores investía. Eran cinco, pero sólo acudieron dos.
Después entraron los tres protagonistas del día. El Catedrático Ricardo Pérez-Amat los presentó destacando que “ellos no sólo hicieron buena parte del mejor periodismo en España durante la segunda mitad del siglo XX, ellos también escribieron buena parte de la historia de la Comunicación en España, que es también decir de la historia de España”. Después hizo de cada uno de ellos un amplio repaso a la biografía profesional de cada uno.
Tras el laudatio, el Rector, Pedro González-Trevijano, hizo entrega a los nuevos Doctores los símbolos de su distinción: el título de Doctor, el birrete laureado, el libro de la ciencia y la sabiduría, el anillo, símbolo del “matrimonio” con el saber, y los guantes blancos “símbolo de la fuerza que debe conservar vuestras manos y signo también de vuestra alta categoría", indicó el Rector.
En este momento tuvo lugar uno de los pocos momentos distendidos del acto. Resultó que el birrete que se le entregó a Luis del Olmo era pequeño y dado que esto provocó la risa de Gabilondo, Del Olmo se lo cedió para que se lo probase, pero tampoco le servía, quedando claro que las medidas de la cabeza del locutor de radio son de lo más normal.
Por fin llegó el momento de escuchar a los periodistas. Mingote fue el primero en hablar, y lo hizo en clave de ironía: “La misión del humorista gráfico –si es que puede adjudicarse tal cometido a un irresponsable- es la de distraer, aclarar tal vez, dar alguna pista, iluminar algún escondrijo, revelar un dato oculto y, en definitiva, hacer más tolerable el penoso trabajo de conocer la actualidad”. Del Olmo, por su parte, explicó lo que, a su juicio, constituye la misión de la radio: “Altavoz, sobre todo, de quienes no disponen de otras oportunidades para ser oídos, para que sus razones sean escuchadas, para que sus planteamientos transiten dignamente por los foros de la razón, de la imaginación, de la creatividad”.Gabilondo hizo un llamamiento en su discurso por “resituar” los valores del periodismo. “Información, audiencia, rentabilidad son tres objetivos de los medios, tres imperativos interrelacionados. Su combinación, su engarce, constituyen el asunto a dilucidar”.
Cuestiones sobre las que reflexionar:
- ¿Por qué los alumnos no nos enteramos de actos como éste, cuando en realidad sí que nos pueden interesar?
- ¿La culpa de la desinformación viene por parte de los alumnos o de los organizadores?